La vitalidad de la escena electrónica en México está fuera de toda duda razonable. Con una pluralidad de estilos, como corresponde a la diversidad cultural del país, que defienden Nortec Colectivo, Toy Selectah o Instituto Mexicano del Sonido, convertidos en perfectos embajadores de lo electro-mexicano.

Nombre de resonancias oficiales para este Instituto Mexicano del Sonido que ideó y dirige en el DF Camilo Lara, jefazo de EMI. Un tipo con sentido del humor, verdadero maestro de los ‘collages’, que se hace eco del caos urbano de la capital, esa gigantesca megalopolis de alrededor de 20 millones de habitantes. Dicen en la revista francesa Mondomix que Camilo Lara traslada a la era del sampling el espíritu fantasioso de su compatriota Esquivel, un pionero del ‘easy listening’ de los años cincuenta, uno de los padres del ‘lounge’. Elegido para escribir una de las canciones del desfile del Bicentenario de la independencia de México, Lara entregó el pasado 15 de septiembre un himno ‘groovy’ con trompetas de mariachi, acordeón de cumbia y pop sintético.

El Instituto Mexicano del Sonido tiene canciones como ‘Katia, Tania, Paulina y La Kim’: “Ya no voy a exposiciones ni a las fiestas de moda / porque toda la rutina me recuerda a Paulina. / Ya no voy al colegio que es el General Prim / porque cuando voy me acuerdo de Kim. / Es que ya no me gusta salir de noche, / porque me acuerdo de las noches en el coche. / Tan bonitas y preciosas, todas con un defecto, / ya no salen conmigo, salen con un güey perfecto”. Alguien habló de canallismo ilustrado para referirse al M.I.S (Mexican Institute of Sound) como lo conocen en Estados Unidos y el Reino Unido. Camilo Lara contó en una entrevista en Chicago que “una discográfica española se fijó en mi música y me pidieron una maqueta, cuando la escucharon me dijeron que estaba fatal y que la rehiciera. Lo que hice fue mandarles otra con los temas cambiados de orden. Les encantó”.

Se dice en sus notas biográficas que Lara nunca tuvo intención de tomarse muy en serio su carrera musical. Al principio sólo organizaba en su ordenador mezclas para los amigos -el mexicano posee una colección de más de 45.000 vinilos y compactos-. Pero ahora se alaba su trabajo musical en publicaciones como Spin, Rolling Stone, The New York Times o The Observer, que le otorga las cinco estrellas máximas y le califica de visionario.

Tres discos ha publicado el Instituto Mexicano del Sonido: ‘Méjixo Máxico’ (2006), ‘Piñata’ (2007) –los dos un pastiche de cumbia tradicional, hip-hop, electrónica y cultura musical mexicana- y ‘Soy sauce’ (2009) esta vez con mayoría de canciones originales e invitados como su amigo Joselo Rangel, guitarrista de Café Tacuba, en los cortes ‘Hiedra venenosa’ y ‘Alocatel’.

Lara, que se define como una especie de arqueólogo de la música, anda metido en proyectos cinematográficos –participó en ‘Y tu mamá también’, de Alfonso Cuarón, y en ‘Rudo y Cursi’, de Carlos Cuarón, también con Gael García Bernal y Diego Luna- y sus canciones suenan en series de televisión, anuncios y videojuegos: desde ‘Californication’ y la versión ABC de ‘Betty la fea’ hasta el FIFA Soccer 2010. Él parece vivirlo como una gran broma: las iniciales en español del Instituto Mexicano del Sonido (IMS) evocan al kafkiano sistema de salud nacional, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).