Más de veinte músicos tomarán la plaza del Ayuntamiento de Cartagena para un espectáculo callejero que promete. Una ‘rave’ mediterránea que va a confirmar una vez más esa visión irónica de la vida propia del Mediterráneo.

Desde tiempos remotos las bandas de Apulia (en italiano, Puglia) tocan su música tradicional en las plazas públicas. Cesare Dell’Anna dirige esta GiroBanda, que también incluye a su grupo Opa Cupa, un intento de poner al día la música popular que oscila entre la tradición de bandas de metales propia de Salento y las fanfarrias balcánicas. La música de los Balcanes constituye uno de los principales focos de interés de Dell’Anna. Un disco y DVD, ‘Live in piazza S. Paolo – Galatina (Lecce)’, recoge la fiesta en la que participaron voces como las de la reina gitana Esma Redzepova, Irene Lungo o Enzo Petrachi.

En el último Mercat de Música Viva de Vic se presentó una coproducción de Cesare Dell’Anna con Quimi Portet (El Último de la Fila). Si la forma de plantear los instrumentos de metal por parte de Dell’Anna proporcionaba, según contaron, una especial intensidad a canciones de Portet como ‘Homes i dones del cap dret’ o ‘El meu hàmster va anar a Cuba’, las composiciones del italiano diversificaban su base rítmica gracias a los compañeros del catalán.

GirodiBanda es una de las caras del trabajo del inquieto Cesare Dell’Anna que, en la ciudad meridional de Lecce, ha creado proyectos como Opa Cupa –expresión suya para definir lo que se conoce como Centro de Acogida Temporal-, Tax Free, Nouria, Tarantavirus o ese ‘My Miles’, homenaje al genial trompetista de jazz, publicado por 11/8 Records –el sello discográfico que Cesare Dell’Anna fundó en 2005 con su alter ego Andrea Sammartino- y en cuya grabación participó el teclista Adam Holzman, músico de la banda de Davis en la época de ‘Tutu’.

Compositor, productor y trompetista, nacido en una familia inmersa en la música desde hace generaciones, Cesare tocaba la trompeta con siete años en bandas tradicionales. Haber completado los estudios en el Conservatorio le ha permitido tocar en orquestas sinfónicas y de cámara y en conjuntos de música barroca y renacentista. Sin olvidar sus participaciones en formaciones de jazz o con el grupo Mau Mau, para el que se ocupó de producir uno de sus discos.

En 1996, junto a músicos, pintores y escultores, abrió el Albania Hotel, en la campiña de Salento: lugar de encuentro y laboratorio del multiculturalismo. También es su casa –vive en lo que antes era el establo- y por ella han pasado magrebíes, búlgaros, estadounidenses... Cinco hectáreas de terreno que cultiva y le permiten comer productos de su huerta: tomates, calabacines, pimientos... “Los cocino y luego obligo a los demás a comer mis platos”, ha contado este meridional para quien el sentido de la hospitalidad es algo sagrado.