Leyoad
El durísimo desierto al que ha visto obligado el pueblo saharaui durante el último cuarto de siglo no ha mermado ni su coraje ni su bellísima manera de expresar sus emociones. Aun al contrario, no sólo han soportado condiciones extremas de vida en el erial que el la hamada argelina que les acoge en Tinduf, sino que han convertido esa zona del desierto en un lugar en el que ya es posible ver crecer un huerto con el que abastecer mínimamente a la población, aprender castellano en los colegios de adobe, o tomar los tres tés escuchando el hipnótico haul, su tesoro musical, Leyoad está formado por ocho miembros, dirigidos por dos guitarristas de muy diferente formación: Echerif Bushab, de la meridional ciudad de Dajla y Baba Salama, de Smara. Con sus guitarras eléctricas, acústicas y españolas, muestran desde la adaptación del sonido de la arcaica tidinit a los modos, ritmos y afinaciones que rigen el haul, pasando por los caminos por los que discurre al música saharaui contemporánea. Junto a ellos Mariem Hassan, también de Smara, gran conocedora de los viejos cantos de la tradición islámica -el mdejh- e intérprete de algunas de las canciones más belicosas y Jalihena Natu, de Aaiun, una de las jóvenes cantantes que garantizan la continuidad de este estilo sin mermar su calidad, capaz tanto de interpretar temas clásicos como de enfrentarse a las canciones de Nayim Alal, el más destacado compositor, guitarrista y poeta del Sáhara Occidental. El grupo se completa con dos percusionistas y dos bailarinas, quienes con sus coros y jaleos y la sutileza y elegancia de sus movimientos convierten cualquier lugar del mundo en una jaima bañada por la luz de la luna.